domingo, 19 de febrero de 2012

Oscar 2011. Introducción al análisis y premios técnicos

Hace un año, por estas mismas fechas, iniciábamos en Fuera de Campo el análisis de la carrera por los Oscar a una semana vista del reparto de los premios en cuestión. Trascurrido ese tiempo, aquí estamos de nuevo para inaugurar una serie de posts informativos, y especulativos, sobre lo que puede dar de sí la edición número 84 de estos galardones, la madre de todas las batallas en el terreno de los premios de cine.

Las estatuillas doradas son los galardones más codiciados y deseados por todo profesional del séptimo arte, aunque también resultan insignificantes y hasta temidos por algunos. Y es que del mismo modo que pueden abrir la puerta a la excelencia a muchas películas para ayudarlas a permanecer en el imaginario colectivo, o contribuir a impulsar la carrera de artistas de diversas disciplinas, en algunos casos han supuesto una carga para sus ganadores.

Esta, a priori, honorable distinción ha acabado marcando a algunos implicados como un sambenito al que se ven atados de por vida, señal indeleble a la que honrar y que resulta muy difícil hacer justicia en lo sucesivo. Un cúmulo de éxito repentino, en definitiva, difícil de digerir.

Pero nadie quiere pensar en eso. A buen seguro, todos los nominados de este año ansían ver su nombre entre los agraciados el próximo 26 de febrero. Y nuestro deseo es aportar datos que sirvan para dar pistas de por donde irán los tiros en todas las categorías susceptibles de premio. Lo que viene a ser, aventurarse en la predicción pero con un respaldo objetivo.

* Premios técnicos:

Este apartado de los galardones, considerados como menores, incluye categorías como fotografía, sonido, montaje o banda sonora que, a priori, parecen no tener una gran influencia en el reparto de los Oscar principales. Pero los años nos han demostrado que la acumulación de distinciones técnicas son una fuente básica para entender hacia donde pueden virar las votaciones de los académicos según vaya entrando la gala en su último y decisivo tercio.

Vamos, pues, a analizar las películas que reúnen el mayor número de nominaciones y sus posibilidades en las categorías en cuestión.

- La invención de Hugo: el nuevo de filme de Martin Scorsese, el primero que destina en especial al público infantil, ha resultado el más nominado de todos los contendientes esta temporada con un total de 11 candidaturas, muchas de las cuales se encuadran en los premios técnicos, ya que no cuenta con ningún miembro de su reparto entre los finalistas. La película aspira al mejor montaje, fotografía, dirección artística, sonido, montaje de sonido, banda sonora, vestuario y efectos especiales.

Todos los títulos que compiten en las categorías técnicas tienen una factura impecable. En concreto, lo lógico es pensar que esta historia ambientada en París y que habla del origen del cine a través de los ojos de un niño reciba varios Oscar a tenor de lo sucedido en los premios de los gremios celebrados en Estados Unidos en las últimas semanas. Sin ir más lejos, La invención de Hugo ha sido reconocida por su dirección artística (en película de época), sonido y aún puede ganar el de vestuario.

Los gremios especializados son un baremo fundamental para determinar a los futuros ganadores. Lo normal es pensar que la cinta más nominada entre las competidoras, y que cuenta con posibilidades de triunfo en las categorías de mejor producción y dirección (en ésta, sobre todo) salga bien parada y agraciada en los premios técnicos.

- The artist: esta obra francesa cada vez más popular entre el público español, y que muchos conocen como "la muda en blanco y negro", ha sumado 10 nominaciones, de las que el montaje, la fotografía, dirección artística, banda sonora y vestuario aparecen en las categorías menores. Siendo la favorita a mejor película a día de hoy, su triunfo debería estar acompañado de algunos premios adicionales.

Sus opciones en los apartados de música, dirección artística y vestuario son especialmente fuertes, y apostar por su triunfo ahí es un voto casi sobre seguro. Además, su montaje ha sido el más logrado para los Eddie Awards, el gremio de editores, en la categoría de comedia/musical.

- Caballo de batalla: el nuevo filme de Spielberg (conmovedor para unos, sentimentaloide para otros) cuenta con un equino como protagonista y con cinco nominaciones de un total de seis agrupadas en las categorías técnicas: fotografía, dirección artística, sonido, montaje de sonido y banda sonora original.

Ni que decir tiene que sus grandes opciones se encuentran en los dos apartados sonoros (mezcla y montaje) y en el trabajo del director de foto polaco Janusz Kamismki, habitual colaborador del antiguo Rey Midas de Hollywood y que ya tiene dos estatuillas en casa por su méritos en la iluminación y manejo de cámara para La lista de Schindler y Salvar al soldado Ryan.

Además, el compositor John Williams aspira a su cuadragésimo séptimo Oscar (sólo ha ganado 5 de ellos a lo largo de más de 40 años), aunque tiene opciones más poderosas por el score de otro filme de Spielberg, Las aventuras de Tintín.

- Moneyball: esta historia sobre un modesto equipo de beisbol capitaneado por Brad Pitt desde los despachos ha recibido 6 candidaturas, entre las que están montaje y sonido. Ambos son trabajos destacables, pero la película parece contar con poco empuje en la ceremonia y no ha logrado reconocimientos previos a este respecto.

- Los descendientes: esta comedia dramática de Alexander Payne está llamada a pelear premios importantes en la gala como película, director y actor. Pero a nadie podría extrañar que rebañara el premio al mejor montaje para el que opta, ya que acaba de recibir el galardón del gremio de montadores en el apartado de filme dramático.

- Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres: el nuevo trabajo de David Fincher, gran perdedor en la ceremonia del año pasado, ha entrado con merecimiento en las categorías de montaje, fotografía, sonido y montaje de sonido. El editor de Fincher resultó vencedor en 2011 por La red social y su nueva labor parte con buenas opciones, al igual que en los apartados sonoros.

- El árbol de la vida: la quinta obra del misterioso director Terrence Malick ha logrado tres nominaciones este año: película, director y fotografía. Y es en esta categoría donde ha volcado todas sus esperanzas, ya que el trabajo del mejicano Emmanuel Lubezki (nominado tres veces anteriormente y nunca ganador) ha sido considerado como el mejor del año por el gremio de directores de fotografía.

La concepción visual de esta película sobre el origen del universo y las relaciones humanas es, sin duda, deslumbrante. Parece que esta vez el premio no se le puede escapar.

- Harry Potter y las reliquias de la muerte (parte 2): la última aventura del joven mago de J.K. Rowling cuenta con opciones para su dirección artística, maquillaje y efectos especiales. Por el primero de ellos, ha ganado el premio gremial en decorados dentro de la categoría de película de fantasía y parece que, por hallarnos ante el último capítulo de la saga, los académicos pueden sentirse en deuda con una serie de ocho películas que apenas han destacado con sus votos a lo largo de la década.

No sería extraño que acabara haciendo pleno, pues tanto la labor de maquillaje como los efectos visuales resaltan especialmente, dada la naturaleza de la historia, y podrían verse recompensados. Aún así, la designada por los especialistas en este último apartado ha sido la también nominada El origen del planeta de los simios, por lo que parte con un cuerpo de ventaja sobre Potter.

Hay un par de categorías a las que no hemos aludido hasta ahora: mejor canción y película de animación. En el primer caso nos encontramos novedosamente en la historia de los Oscar con sólo dos aspirantes: la nueva película de los Muppets y la aventura animada aún no estrenada en España Río. Parece que la popularidad de los teleñecos, con el buen hacer musical de la rana Gustavo al frente, harán decantar la balanza del lado de las marionetas más famosas del celuloide.

Finalmente, el apartado de filme animado se disputará entre tres producciones norteamericanas (Kung Fu Panda 2, El gato con botas y Rango, que es clara favorita), una francesa (Un gato en París) y la española Chico y Rita, obra de Fernando Trueba y el dibujante Javier Mariscal.

Como digo, Rango es cabeza de cartel (más tras la inesperada ausencia en la terna de Tintín), pero la sensación es que si hay una alternativa al western protagonizado por el lagarto ésta sería la película de Trueba. El cineasta goza ya de un nombre en Hollywood después de haber logrado el Oscar en 1993 por Belle epoque en la categoría de película extranjera, y las alabanzas de la crítica que ha recibido su último proyecto lo sitúan en un buen lugar por si las previsiones son caprichosas y deciden romperse.

A veces sucede en estos premios. Y entonces la magia se propaga por el patio de butacas y se transmite a través de los televisores a espectadores de todo el mundo. Mantengámonos, pues, a la espera.

(Promo de la gala, para la que volverá Billy Crystal como maestro de ceremonias).

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